PODERÍO BÉLICO RUSO
La financiación de la carrera armamentista, cuando Ronald Reagan aceleró la competencia estadounidense, le provocó considerables problemas a la exURSS. Todo indica que Vladímir Putin quiere demostrar que a la Federación Rusa no le ocurrirá lo mismo, y él puede competir en toda la gama de posibilidades. Es el mensaje que le envió tanto a sus amigos como a sus enemigos.
Vladímir Putin, en su mensaje anual ante la Asamblea Federal, el parlamento ruso, acaba de anunciar al mundo la conformación de una nueva línea de armamentos estratégicos nucleares y sus portadores, con lo que coloca a Rusia en un escalón absolutamente superior al de los arsenales armamentísticos del resto del mundo y anula la estrategia de Washington, de rodearla de bases en un sistema misilísticoque apuntalaba una política de “disuasión nuclear”.
El mensaje presidencial, que por primera vez no se realizó en la Sala de San Jorge del Gran Palacio del Kremlin, tuvo una escenografía especial montada en el “Maniezh”, un gran salón de exposiciones ubicado en las inmediaciones d el Kremlin, con una enorme pantalla que permitió a Putin remitirse a numerosas vistas infográficas durante su intervención.
El discurso se compuso de dos partes perfectamente definidas. La primera dedicada al estado interno del país, con datos que reafirmaron la recuperación de la economía rusa soportada por la estabilidad en el mercado mundial de hidrocarburos y por el liderazgo internacional en materia de exportaciones agrícolas. Esta posición ha permitido al presidente Putin delinear un ambicioso programa de modernización y ampliación en los sectores industriales y de altas tecnologías.
La segunda parte de su mensaje estuvo abiertamente dirigida a evidenciar el poderío bélico ruso con una inusitada y amplia información sobre nuevos y temibles sistemas armamentísticos.
En una reafirmación del restablecimiento de su país como potencia mundial, Putin informó a parlamentarios, miembros del gobierno, jefes regionales y dirigentes de organismos sociales, sobre el “paquete” de nuevas armas ya incorporadas a las fuerzas armadas rusas.
Se trata del complejo “Sarmat”, que reemplazará al “Voevoda”, el complejo aéreo-misilístico “Kinzhal”, el misil crucero de alcance mundial y el aparato sumergible teledirigido cuyos nombres todavía no han sido elegidos, y el misil hipersónico “Avangard”.
“El mensaje de hoy –dijo el general Serguéi Shoigu, ministro de Defensa de Rusia- tiene un carácter especial, liminar, como el tiempo que nos toca vivir. En él se ha incluido también muchas advertencias para nuestros socios occidentales”.
La última gota que hizo derramar el vaso de la paciencia del Kremlin fue el anuncio de la 'nueva doctrina nuclear' norteamericana. En conjunción c on la retirada de los Estados Unidos del antiguo Tratado de Limitación de Sistema de Defensa Antimisilística, según consideran los analistas de Moscú, ha empujado al mundo a una alta posibilidad de guerras nucleares locales con una amplia utilización de munición atómica táctica.
Vladímir Putin afirmó que Rusia ha creado estos novísimos sistemas de armamentos en respuesta a esta salida unilateral de los EE.UU. del Tratado mencionado y al despliegue en la práctica de un sistema que calificó como antimisilístico tanto en el territorio estadounidense como en otros países.
El ministro Shoigu advirtió, luego de los anuncios presidenciales, que el nuevo armamento “es capaz de superar los actuales y futuros sistemas de defensa antimisilística. Lo que hoy se crea en Polonia y en Rumania, en Alaska y se prevé en Corea del Sur y Japón, este ‘paraguas’ de defensa antimisilística, está ‘agujereado’”.
“Todo lo anunciado –subrayó- permite garantizar la seguridad y defender la soberanía de nuestro país por muchos decenios”.
El nuevo armamento presenta innovaciones que han sido calificadas en la prensa occidental como “terribles”. Una “respuesta shockeante y asimétrica” a la nueva política nuclear norteamericana.
El sistema oceánico múltiple incluye submarinos atómicos con aparatos sumergibles teledirigidos también dotados de propulsión nuclear, según detalló el comandante en jefe de la Flota de Mar de Rusia, almirante Vladímir Koroliov. El marino agregó que este propulsor permite al aparato teledirigido moverse a enormes profundidades y a gran velocidad, permaneciendo indetectable para el enemigo.
El nuevo misil balístico “Sarmat”, debido a su alcance (hasta 18.000 km), puede c ubrir objetivos tanto desde el Polo Norte como desde el Polo Sur. Con una carga máxima de 15 cabezas nucleares, este misil reemplaza al “Voevoda”, de servicio hace ya 25 años.
Sobre la base del modernizado interceptor MiG-31 se ha creado un sistema aéreo-misilístico que incluye un cohete aerobalístico hipersónico de alta precisión capaz de cubrir blancos a distancias mayores de 2.000 km, sin acceder a la zona de defensa antiaérea del enemigo.
Este sistema, “Kinzhal” (“puñal”) ya equipa las primeras unidades aéreas.
En tanto que el Tu-160M2, un bombardero recientemente modernizado, se arma ahora con el misil crucero X-101, ya probado en Siria, de superlargo alcance con motor nuclear. El sistema permite que el misil permanezca en el aire por tiempo indefinido, eludiendo todo sistema de defensa antiaérea y remontándose a alturas cósmicas.
Por su parte, el complejo hipersónico “Avangard” es un arma estratégica con una velocidad cercana a los20 Mach (21.300 km/h) y capacidad para dispositivos nucleares demás de un megatón. También está dotado de elementos de maniobra lo que hace que no sea posible interceptar su vuelo.
Estos nuevos equipos bélicos anunciados por Putin ya fueron nombrados por “Business Insider” como “el arma del juicio final”. En su mensaje, el Presidente ruso advirtió que Moscú considerará cualquier uso del arma nuclear contra sus aliados como un ataque a la propia Rusia, lo que provocará una respuesta inmediata. Vale la pena señalar que la nueva doctrina nuclear norteamericana se arroga el derecho de atacar con armas nucleares táctica en cualquier ocasión que Washington considere conveniente.
Pese a la magnitud de los anuncios, en los círculos dirigentes estadounidenses no se registraron grandes reacciones. La portavoz del Pentágono, Dana White, señaló que “no estamos sorprendidos por estas declaraciones. Los norteamericanos pueden estar seguros que estamos plenamente preparados, estamos convencidos, para defender nuestro país, suceda lo que suceda”.
El mundo no tiene demasiados precedentes, en el período de 18 años que abarca Putin en el poder, de semejante planteo militar. En el discurso se atisban claramente los tonos empleados por líderes soviéticos como Nikita Jruschov, en los '60; y Yuri Andrópov en los '80, de confrontación en plena Guerra Fría con las doctrinas militares de Washington y la OTAN. Pero el Presidente ruso, además, ha colocado esta parte de su mensaje a la Asamblea Federal como escudo protector de la primera, dedicada a mostra r un país en crecimiento, con una sana y en auge clase media, con buenas realizaciones en la economía, con logros científicos y culturales y otros etcéteras de bienestar. Esta nueva y amenazante Rusia ha sido planteada como la imagen del futuro con la que Putin marcha a su cuarta presidencia y con la que, sin duda, pretende dejar el país a su agradecida sucesión.
El diálogo desde posiciones de fuerza de la época de Jruschov y Andrópov se mantenía para lograr la paridad política y en parte económica con Occidente. Ahora Putin apuesta a una construcción del mundo en el que en principio este sistema de retenes y contrabalanceos no existe. Como alternativa el líder ruso planteó la determinación del Kremlin de no atacar a nadie pero no permitir ataques de terceros a Rusia y a sus aliados.
En su discurso, en medio de la ovación de todos los presentes, Putin afirmó: “Nosotros se los advertimos. No nos quisieron oír. Ahora tendrán que escucharnos”.