Imagine vivir en una aldea rural que no tiene servicio oftalmológico alguno. Tanto niños como adultos con miopía sufren las consecuencias de vivir en un mundo borroso. Los niños afectados no pueden ver bien la pizarra en la escuela y los adultos tienen restricciones en el tipo de trabajo que pueden realizar. A medida que las personas envejecen y comienza la hipermetropía, ya no pueden llevar a cabo tareas sencillas tales como coser, leer o examinar algo de cerca.
India tiene la tasa de ceguera evitable más alta del mundo. Los problemas de visión, incluyendo cataratas, están aún más extendidos. El problema invade áreas rurales del país, en donde los más pobres de entre los pobres no tienen cómo costear anteojos correctivos ni pueden llegar hasta los hospitales de la ciudad que ofrecen servicios gratuitos.
Es por eso que, en colaboración con la organización de caridad india Raj Vidya Kender, TPRF ha patrocinado clínicas oftalmológicas en zonas rurales del norte de India durante los últimos ocho años, suministrando cuidado oftalmológico de calidad en forma gratuita. Desde febrero del 2012 hasta febrero del 2013, cinco clínicas de día en tres estados atendieron a más de 8.300 personas, proporcionando lentes recetados a más de 5.400, medicamentos a más de 7.400, y pacientes referidos por cataratas a casi 700.
Las clínicas son una gran oportunidad. Personas de 83 pueblos se dirigieron a ellas del modo que les fue posible, en gran parte trasladándose muchas millas a pie. Docenas de voluntarios se aseguraron de proporcionar un ambiente limpio y confortable para dar la bienvenida y guiar por el proceso de los exámenes realizados por oftalmólogos y optometristas a miles de habitantes de estos pueblos.
Los proveedores de servicios médicos, que concedieron su tiempo, también parecen valorar esta oportunidad. Un médico comentó: “Su organización está realizando un excelente servicio a la humanidad. Gracias a su iniciativa yo también tuve oportunidad de servir a los necesitados. Estaré listo para regresar cuando sea necesario”.
La señora Malti, del pueblo llamado Reksa, expresó su gratitud: “Estoy sintiéndome tan bien… antes no podía ver con claridad, pero mi visión es ahora bastante nítida. Espero ser capaz de cocinar con mis propias manos e incluso de enhebrar una aguja por mí misma”.
Nand Kishore Sharma, de ochenta años, habitante de un pueblo llamado Kanth, manifestó: “La disposición y orientación fueron buenas. El doctor también brindó una buena cantidad de su tiempo. Deseo que puedan suceder más acontecimientos de este tipo para que un mayor número de personas necesitadas pueda beneficiarse”.
La señora Sarawati, del pueblo de Gopalpur explicó: “A través de mis vecinos supe de esta clínica gratuita y vine a hacerme un examen de ojos. El médico me recetó anteojos y algunos medicamentos. Ahora puedo ver bien con estos cristales. Nunca imaginé que este tipo de facilidades pudiera estar disponible para gente pobre como nosotros. Muchas gracias a todos y a cada uno de ustedes.”
Información y fotografías difundidas por:
www.wopg.org
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